lunes, 10 de noviembre de 2014

Soca, Mosquitos, Santa María

Compartimos el Programa Entornos, producción de TV Ciudad, en su capítulo dedicado a Soca, parte del territorio de nuestra UDA 

Entornos. Soca. Programa de Tevé Ciudad (2014)

Y en un plano que es difícil clasificar solamente como ficción o surrealismo, un tramo de Mario Delgado Aparain donde se puede descubrir el mismo pueblo: 

"Con el mismo traje azul a finas rayas blancas con que asumió el cargo cuatro años atrás, el alcalde le estrechó la mano con efusividad y lo invitó a sentarse en el sofá de los visitantes trascendentes. Carmela sirvió dos pequeños vasos de Velho Barreiro, los dispuso frente a ellos sobre la pequeña mesa y los dejó solos. 
- Usted es el hombre más oportuno del mundo -le dijo Augusto Almeida de entrada y sin poder redimise-. Afuera llueve si parar, el pueblo se está desmoronando como un montón de piedras y mi esperanza es usted. ¡Mi única esperanza es usted!
Marc Rimés sonrió con bonhomía ante aquella exageración y recorrió el despacho con la mirada, gratificándose con la extraña paz sin energía que emanaba de aquel ambiente en el que un hombre solo y su secretaria, parecían sentirse libres, por derrotados, de cualquier obligación con el mundo. Sobre la superficie del vidrio esmerilado de la pequeña mesa había una guía telefónica destripada, algunos antiguos folletos turísticos impresos en papel ordinario relacionados con la flora de Mosquitos y debajo, dispuesta como al descuido por alguien que quiere dar a entender que su entrono es tan ramplón como aparenta, Marc Rimés creyó ver una edición barata y descosida de Pedro Páramo, de la que asomaban algunas páginas sueltas. De pronto entendió de donde venía aquello de "desmoronarse como un montón de piedras". El hombre de Bruselas se inclinó para cerciorarse y al comprobar que en efecto era así, tomó el pequeño vaso recién servido, bebió de un solo trago aquel líquido apenas más amable que la soda cáustica y volvió a echarse atrás mientras empezaba a recitar con voz apenas dramática y muy pausada: 
-"Se apoyó en los brazos de Damiana Cisneros e hizo intento de caminar. Después de unos cuantos pasos cayó, suplicando por dentro; pero sin decir una palabra. Dio un golpe seco contra la tierra, se fue desmoronando como si fuera un montón de piedras."
-¿Cómo dice?
-Todo el mundo recuerda la primera frase de Pedro Páramo "Vine a Comala porque me dijero que acá vivía mi padre..." Pero dudo que alguien recuerde a Damiana Cisneros en la última frase del libro. Es la que acabo de recitar. 
De pronto, una alegría salvaje y voluntaria se apoderó de Augusto Almeida. 
Su mente,  aunque tal vez aletargada por los excesos de aguardiente, había quedado suspendida en u estado de soberana beatitud. Las odiosas escenas domésticas y municipales de los últimos días habían sido reemplazadas en un instante despúes de lo que acababa de escuchar, por otra de significado elemental, de encantamiento solitario, surgida de la comprobación de que alguien, el tipo con aspecto de canalla refinado que tenía ante sí, seguramente en medio de una soberana borrachera, también había deambulado por los territorios de su mismo Edén brumoso."

Delgado Aparain M. El Hombre de Bruselas. Ediciones de la Banda Oriental: Montevideo, 2011. pp 113-115. 



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